¿Aún no te has planteado sembrar tus propios tomates o pimientos? Serás de los pocos que han caído en esta nueva tendencia. El huerto se ha convertido en un movimiento urbano imparable. El urban farming ya está aquí y ha llegado para quedarse. Lo ecológico, lo ambiental y hábitos de consumo más saludables han sido las motivaciones de esta tendencia. En España son ya 216 ciudades que cuentan con estos huertos urbanos.
Se trata de huertos de ocio, familiares o sociales, escolares, para personas jubiladas, etcétera. Sólo el 11% del total son privados. Crecen en las fachadas, en las cubiertas de los edificios, en los hoteles, en los balcones, en los rincones más insospechados. Ahora es normal ver lechugas, tomates o calabazas colgando de los balcones. La escasez de metros no es un problema ni una excusa. Cada vez son más frecuentes los microhuertos. Los comercios lo saben y se han apresurado a lanzar una amplia gama de productos, como mesas de cultivo, herramientas, fertilizantes, semillas…
Mucha historia por detrás
En España tenemos una gran tradición por los huertos urbanos. El dato más antiguo se remonta en Barcelona, cuando unos vecinos montan el Hort de Ávi, al lado del Parc Güel en ingles 1986. Pero no fueron los pioneros. Sus orígenes se remontan a la Segunda Guerra Mundial, aunque el antecedente del fenómeno podría encontrarse en la Green Guerrilla de las ciudades Norteamérica, donde vecinos organizados deciden reverdecer solares abandonados para convertirlos en recursos vecinales, ecológicos y educativos. Aquellas oleadas llegaron a Europa y a España, donde la horticultura urbana aún no estaba desarrollada por completo.
El perfil del hortelano aficionado es muy variado: parejas de jóvenes que quieren enseñar a sus hijos cómo cultivar, gente joven que quiere acercarse al cultivo ecológico y muchos usuarios que están recién jubilados. El tamaño estándar de un huerto urbano es de 50 metros, suficiente para una familia de cuatro miembros.
En cada terreno suele haber una toma de agua y el consumo suele estar incluido en la cuota mensual. Los propietarios suelen acercarse varias veces por semana, lo suficiente para comprobar el estado de los vegetales, aunque todo dependerán de qué tiene plantado.