La sequía es un problema que está ahí, que está creciendo cada vez más. Nuestro sistema de vida actual fomenta esa escasez de lluvia. Es por ello que actualmente científicos de todo el mundo están estudiando maneras de combatir este problema de nivel mundial. Millones de personas se sustentan en sus pequeños cultivos para obtener comida, si a esto le añadimos la escasez de agua, el problema será aún mayor.
Es por ello que la Universidad de California en Riverside, especialista en biología sintética está estudiando la posibilidad de reprogramar plantas para que consuman menos agua tras ser expuestas a un agroquímico, abriendo nuevas puertas para la mejora de cultivos. Los cultivos y otras plantas a menudo se enfrentan a condiciones ambientales adversas, como la elevación de la temperatura y la disminución de los suministros de agua fresca, problemas que reducen el rendimiento y costando a los agricultores millones de pesos anualmente.
Consumir pocos recursos, la única solución
La sequía es un factor ambiental de estrés mayor que afecta el crecimiento y desarrollo de las plantas. Cuando las plantas enfrentan la sequía, producen de forma natural ácido abscísico (ABA), una fitohormona que inhibe el crecimiento de la planta y reduce su consumo de agua. Específicamente, la hormona enciende un receptor en las plantas al unirse a éste, resultando en cambios benéficos, tales como reducir la pérdida de agua para ayudar a las plantas a sobrevivir.
La producción sintética de ABA ha resultado ser complicada y costosa. No obstante existe un agroquímico llamado mandipropamida, ámpliamente utilizado en la producción agrícola para controlar las plagas en cultivos de frutas y vegetales. Lo que el equipo de investigadores busca es lograr que las plantas puedan ser diseñadas para responder a éste químico como si se tratara de ABA, mejorando sus probabilidades de sobrevivir durante la sequía. Los científicos trabajaron con Arabidopsis, un modelo de planta muy utilizado en laboratorios de biología de plantas, y plantas de tomate.
En el laboratorio usaron métodos sintéticos para desarrollar una nueva versión de los receptores de ácido abscísico de las plantas, diseñándolos para ser activados al ser rociados con mandipropamida en vez de con ABA. El equipo de investigadores demostró al ser rociadas con mandipropamida las plantas que habían sido alteradas sobrevivieron a condiciones de sequía activando sus receptores ABA.