En el mercado existen miles de diferentes tipos de fertilizantes con distintos componentes que ofrecen a las plantas los nutrientes que ellas realmente necesitan. Como todo, existen gran variedad de ellos, tanto abono orgánico o inorgánico; natural o sintético e incluso de liberalización rápida o lenta. El asunto es que al sistema de raíces no le interesa cuál sea la fuente de nutrientes, lo que le interesa es tener sus vitaminas y sustento.
¡No sin mis nutrientes!
Los suelos tienen nutrientes vegetales provenientes de la parte mineral del suelo (arena, arcilla ) y del reciclaje de materias vegetales y animales. Al cultivar una planta, el equilibrio se altera, y que los elementos esenciales que las plantas necesitan es más rápido que el proceso propio de la tierra en generarlos.
Esta pérdida afecta en tres elementos:
- El nitrógeno promueve el crecimiento de la planta.
- El fósforo favorece la maduración de flores y frutos, fomenta su perfume y dulzor, les da la fuerza necesaria para mantenerse rígidas y poder sostener todas sus partes. Las ríces dependen directamente de este elemento.
- Por último, el potasio permite a las plantas ser más resistentes a la sequía y las heladas. Si observamos las hojas amarillentas o con machas negras, significa la falta de este elemento.
No existen mejores o peores fertilizantes, la elección idónea dependerá de:
- La fertilidad del suelo y su nivel de salinidad
- Cantidad de agua disponible
- Condiciones ambientales
- El tamaño de la planta
- Tipo de planta y su finalidad, si es por solamente flores o porque producen frutos
Sea cual sea nuestra elección, lo importante es que nuestras plantas o cultivo tengan un aspecto saludable. Más adelante hablaremos de la clasificación de los fertilizantes y sus características.