Aunque la mejor forma de obtener una cosecha buena y de calidad es en suelo, muchos no somos los afortunados que disponemos de un trozo de tierra para plantar. Sin embargo, la mayoría cultivamos en la terraza teniendo que optimizar todos los elementos a nuestro alcance para maximizar el rendimiento y la calidad.
En esta primera entrada vamos a hacer un repaso de ciertos aspectos básicos de cualquier tipo de cultivo como la orientación o el agua de riego, así como los más específicos como la alimentación o la elección de las variedades más apropiadas en cada caso.
La Luz
Es más que sabido por todos que la luz es uno de los elementos indispensables para las plantas. Sin embargo no todos tenemos claro cuántas horas de luz son las necesarias para el correcto desarrollo del cannabis. Este necesita alrededor de 6 horas diarias de luz solar directa.
En las terrazas orientadas al sur, esto no suele ser un problema, pero las que están situadas hacia el noreste o noroeste, debemos asegurarnos que se alcanza este mínimo necesario.
La época de siembra
La época de siembra abarca varios meses y dependerá de diversos factores. Por lo general, aunque los tiempos puedan variar un poco dependiendo del punto en el mapa, las variedades no autoflorecientes se siembran desde abril hasta mediados de junio. Pero siempre antes debemos saber qué tamaño tenemos previsto que alcancen nuestras plantas; el volumen; y cómo se desarrollan las variedades que queremos sembrar.
En relación al tamaño, es lógico pensar que cuanto más ase alargue el periodo vegetativo, más grande se hará la planta. Sin embargo, dado que el cannabis necesita unas catorce horas de luz para mantenerse en crecimiento, plantar antes de abril no tiene sentido.
En lo referente al volumen de los contenedores, hay que considerar que cuanto mayor sea éste, más podrán ejercer los ejemplares cultivados. Por tanto, teniendo en cuenta los dos puntos anteriores, carecería de sentido escoger variedades con un crecimiento desmesurado si no disponemos de grandes macetas o no queremos que las plantas crezcan demasiado.
Con respecto a la autoflorecientes, si las condiciones climáticas lo permiten, se pueden poner en exterior un poco antes, a mediados de marzo aproximadamente. Estas variedades, aunque florecen con independencia del número de horas de luz que reciban, necesitan intensidad lumínica considerable para desarrollarse de forma óptima y, dado que en los meses de invierno ésta es menor debido al ángulo de incidencia de la radiación solar, plantarlas antes de esta época también sería contraproducente porque arrojarían una producción muy reducida. Esta fecha también puede variar ligeramente dependiendo del punto geográfico en el que nos encontremos, ya que no podemos olvidar que en el sur la intensidad lumínica es mayor.
Las condiciones climáticas, el agua, tierra y nutrientes también son fundamentales para la calidad de nuestro cultivo y también influirán en las posibles enfermedades que puedan infectar a nuestra planta. En el siguiente post hablaremos de todo ello. Quizás se nos olvida algo importante ¿Qué crees que puede influir en nuestro cultivo de terraza?