Cuidar una planta significa introducir un trocito de vida y naturaleza a tu cargo. No importa de cuánto espacio dispongas en casa, un rincón, un balcón, un patio o simplemente junto a una ventana en la cocina. Tener a este ser vivo en tu entorno conllevará una serie de cuidados y atenciones.
Cada vez tenemos menos espacio en casa y prácticamente nos hemos convertido de personas rurales a urbanas. Esto supone una gran contaminación, ruido y ajetreo. Esa planta sea cual sea la especie, dará siempre un toque de color y alegría en el espacio donde la coloques.
Seres bastante autónomos
Nos rodean por todas partes. Oficinas, despachos, entradas de hotel, restaurantes o incluso en la consulta del médico. Los espacios más lúgubres pueden parecernos un pedazo de paraíso si están adornados con una planta. Pero ¡qué difícil es que nos vivan! Todos sabemos cuándo una de ellas ha muerto y todos nos arrepentimos cuando ocurre, al igual que estamos más satisfechos cuando están en plena flor.
Valor añadido
Todo esto tendrá un valor añadido si la planta ha sido cultivada desde cero, es decir, desde que era una simple semilla. Cuando ves florecer los primeros brotes, ves que el esfuerzo mereció la pena. Aún así, queda mucho, porque siempre queremos que mejore. Buscaremos en la Red información de toda índole sobre horarios de riego, horas de sol, tipos de fertilizantes, temperatura, nutrientes y un largo etc.
En las próximas entradas del blog no sólo hablaremos de cuidados y de tratamientos, sino que también temas de tecnología, agricultura, pesca, jardinería, curiosidades, noticias, decoración
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